A todo gallego que se jacte de serlo le gusta comer.
Esto es una gran verdad y por ello no es de extrañar que nuestra cultura haya ido siempre unida a la gastronomía.
La literatura tampoco ha sido la excepción. Se han llenado páginas y páginas de libros hablando de comida y al final, ineludible, la firma de un gallego. Y es que las costumbres de nuestra tierra son eso: de nuestra tierra y lo que más han trabajado los labriegos gallegos en los campos han sido ingredientes para sus cocinas. Cultivamos la mente y el vientre al mismo tiempo.
Si hablamos de costumbres, de comida, de literatura… no podemos olvidarnos de hablar del cocido gallego y, por descontado, del gran Álvaro Cunqueiro.
Ya los celtas realizaban matanzas de cerdo y comían su carne. En Galicia estos animales significaban el alimento seguro para toda una familia durante 1 año. Aquí, en el noroeste de la península, somos expertos en aprovechar cada una de las partes del cochino, sin desperdiciar nada. Puro Espíritu gallego. Y el plato estrella con este ingrediente es el cocido gallego. Ya decía Cunqueiro que el cocido gallego era el más feliz porque los cocidos del resto de la península, al llevar fundamentalmente legumbres, eran más tristes. Muchos hogares de nuestra esquina norte se han calentado a base de este plato y lo han celebrado como el más fino manjar. Un invierno sin cocido no es invierno.
Si nos preguntamos qué ha de llevar un buen cocido con aroma literario sólo tenemos que escuchar las palabras del maestro Cunqueiro:
"Un buen cocido gallego lleva muchas cosas. Lleva jamón y lacón. Lleva carne fresca. Lleva tocino y chorizo. Lleva verdura que pueden ser grecos pero también puede ser repollo.Y lleva gallina. Y también lleva garbanzos. Y las patatas, por descontado. Y a la carne de cerdo que va en el cocido aun se le puede añadir la oreja. Y si hay costilla, pues costilla. Y en el agua en el que se cuece la carne, pinchando un par de chorizos, se hace en ella una buena sopa que puede ser de fideos o de arroz”.
Un cocido
con Cunqueiro de apellido
Nadie sabe más del cocido que las abuelas gallegas

Así de completo ha de ser un cocido gallego. Pero en nuestra cocina tradicional no sólo importa la cantidad sino también la calidad y, sobre todo, la presentación. El escritor añadía:
"Hacen falta tres fuentes para servir el cocido. En una va la carne de cerdo, en otra la gallina con la carne fresca y en la otra las patatas con los garbanzos”.
Además nos ofrece un excelente acompañamiento, por si nos quedamos con hambre:
”En casa de mis abuelos, en Riotorto, en la tierra luguesa de miranda, también venía a la mesa otra fuente con castañas, cocidas, pelada, de todo y con ellas una pelota de carne picada con su huevo duro y su ajo“.
Esto demuestra que nadie sabe más del cocido que las abuelas gallegas, maestras gastronómicas por excelencia.
No debemos olvidar que Cunqueiro escribió su personal receta de cocido que acabamos de conocer en 1973, en su libro La cocina gallega. Esto es una prueba de que el cocido ha pasado nunca de moda y seguramente nunca lo hará. Cada día los cocineros gallegos lo reintentan demostrando que tradición y costumbre no está reñida con modernidad.
Y es que como dijo Álvaro Cunqueiro:
“Siempre se encontrará un atajo de gallegos citándose para comer un cocido”
Cuándo
Cultivar
Tú también puedes tenerla
Hoy en día cada vez se ven más opciones de Huerta en casa.
Si no tienes una gran extensión de terreno donde poder plantar lo puedes hacer desde tu balcón, azotea o terraza.
Para comenzar el proceso debes asegurarte que tus plantas vayan a tener los dos ingredientes principales: agua y luz.
Aunque es cierto que no todas las plantas necesitan la misma cantidad de sol lo más recomendable es que estén expuestas a seis horas de luz. Para ello deberás orientar tu huerta hacia el sur.
El agua es el segundo elemento indispensable para la flora. Siempre será mejor una lluvia fina aunque dependerá mucho del tipo de planta. Aún así podemos utilizar una simple regadera aunque lo más eficiente, en cuanto A ahorro será un sistema de goteo pero resulta mucho más complicado. Si te excedes en la cantidad de agua corres el riesgo de que las plantas desarrollen hongos o podredumbre y si pecas de defecto se pondrán duras y no se desarrollarán con normalidad.
Muy importante también es tener en cuenta donde vamos a colocar estas plantas. Lo que más utilizar son macetas o cajas de madera. Sobre todo debe tener un drenaje adecuado. Las mesas de cultivo son las más recomendables. Además no olvidemos que se pueden realizar huertos verticales que son muy originales y que ayudan en los espacios reducidos. Para la lechuga, el pimiento, o plantas que tiene una semilla más débil se recomienda la utilización de semilleros donde se deja crecer al principio los brotes y después se transplantan a su lugar definitivo.
El sustrato, es decir la tierra, el suelo donde bastar la planta necesita de alguna porosidad. Lo mejor que puedes escoger es humus de lombriz con fibra coco. Ese es el abono orgánico por excelencia. En cuanto las semillas lo mejor es comprar las orgánicas que se pueden encontrar por internet o en herbolarios.
Cuando la plantación este terminada sólo queda esperar. Hay muchos expertos que reconocen que el mimo y el cuidado con las plantas hacen que crezcan más fuertes. Además de todas las teorías acerca de la música y de las buenas conversaciones con nuestra flora en casa. Así que no descuides tu huerta cuídala y muy pronto podrás recoger los frutos de un duro trabajo y conseguirás un sabor único en tu cocido gallego.
